Lipo sí o lipo no: that is the question...

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Si bien la lipoaspiración no reemplaza a la dieta y al ejercicio, sí puede eliminar el tejido adiposo que se acumula en algunas partes del cuerpo, muy resistente a muchos de los tradicionales métodos de adelgazamiento.

Lo fundamental, es que sepa que si bien gracias a esta cirugía usted puede mejorar mucho su apariencia y su autoestima, tal vez no llegue a cumplir con algún ideal imaginado.


En muchos casos, las personas recurren a una lipoaspiración -incluso cuando no la necesitan-, creyendo erróneamente que esta es la solución a todos sus conflictos. Por lo tanto, es muy importante que usted tenga muy en claro cuales son sus expectativas, y que hable de ellas detenidamente con sus amigos, familiares y su cirujano.

Tenga en cuenta además, que las personas en las que más fácil resulta realizar este tipo de operación, son aquellas que tienen una piel firme y elástica, por lo que suele ser más efectiva en las personas jóvenes. Sin embargo, también ha dado muy buenos resultados en los mayores.

Debe saber también que la lipoaspiración presenta riesgos mayores en las personas que tienen enfermedades crónicas, como diabetes, problemas cardíacos o pulmonares, y mala circulación sanguínea, o a quienes se están tratando por cirugías recientes.

Frente al gran número de opciones de cirugías de lipoaspiración que se presentan en los medios de comunicación, la persona indicada para señalarle cuál es la mejor opción para usted, será su cirujano. Compruebe que sea miembro de una asociación médica de la que pueda verificar su prestigio, o trate de entrar en contacto con personas de su confianza operadas por él, para que le hablen sobre sus antecedentes.

Anestesia
Cuando sólo se trata de pequeños tejidos adiposos, se puede utilizar anestesia local, es decir un sedante que le quita la sensibilidad sólo a las partes que van a ser operadas. Esto se puede combinar con una sedación endovenosa, para que usted se tranquilice y relaje durante la operación.

Para las operaciones más extensas, se suele utilizar la anestesia peridural que insensibiliza el cuerpo de la cintura para abajo (se usa frecuentemente en los partos). Y si se va a extraer un tejido de gran volumen, se suele optar por la anestesia general.

La operación
La duración de la operación depende de factores muy diversos, como el tamaño del área operada, la cantidad de tejido a extraer, el tipo de anestesia y la técnica empleada, por lo que es muy difícil estimar un tiempo determinado.

El proceso consiste en una pequeña incisión por la que se introduce un diminuto tubo, que se retira en forma sucesiva, para romper y aspirar el tejido adiposo que se encuentra bajo la piel. La succión se realiza mediante una bomba de vacío o una jeringa grande, según el criterio del cirujano. Como junto a la grasa se extrae liquido, es necesario reponer estos fluidos antes y después de la operación.

Técnicas alternativas
Durante los últimos tiempos, se han agregado un gran número de técnicas alternativas, que reemplazan o complementan lo descrito anteriormente:

Técnica tumescente
Se utiliza en las operaciones con anestesia local (la palabra tumescente tiene relación con los edemas, que son una hinchazón por acumulación de líquido en los tejidos de las zonas infiltrada). Para esta cirugía, se inyectan líquidos de hasta tres veces la cantidad de grasa a extraer, ya que de esta forma se la puede sacar con mayor facilidad, con lo cual se reduce la pérdida de sangre, los hematomas, y el dolor durante y después de la operación.

Técnica ultrasónica
Una de las más modernas. Mediante un tubo especial que produce energía ultrasónica, se provoca la explosión de las células adiposas, licuando de esta forma la grasa. Luego, se utiliza la técnica tradicional, pero con mucha mayor facilidad, ya que la grasa ha quedado muy blanda. Esta técnica se suele utilizar mayoritariamente en las zonas muy fibrosas, como la parte superior de la espalda o los pechos del hombre.

Al finalizar la cirugía, se suele utilizar un vendaje elástico para comprimir la superficie operada, y evitar que el liquido siga fluyendo.

Postoperatorio
Si bien estas nuevas cirugías han mejorado mucho la velocidad de curación de las heridas, debe saber que es muy común que sufra dolores, ardor, e hinchazón en la etapa del postoperatorio. Su cirujano podrá recetarle calmantes para estos primeros días.

Es muy común que en esas semanas iniciales también se experimente ansiedad o depresión. Esto es absolutamente normal y suele mejorar con el tiempo.

Lo más probable es que su médico le indique ponerse en actividad lo antes posible, para mejorar el edema, y evitar que se formen coágulos en las venas de las piernas. Si bien las suturas se cicatrizan bien dentro de los diez primeros días, la recuperación total suele demandar de una a dos semanas.

Durante el primer mes, se debe evitar toda actividad deportiva, ya que a pesar de que los rastros de la operación desaparecen a las tres semanas, algunos edemas pueden durar hasta seis meses.

Un nuevo cuerpo
Su nuevo aspecto comenzará a evidenciarse entre cuatro y seis meses después de la cirugía, ya que ese es el tiempo que tarda en absorberse todo el edema. Luego de tres meses, también desaparece el edema residual, por lo que la curación es definitiva.

Una vez que se haya realizado la operación, no se deje estar: será el momento justo para incorporar una dieta sana y un plan de ejercicios físicos, que mejoren su salud y mantengan en buen estado su silueta

Fuente: En Plenitud

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