Emociones Que Matan

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Las emociones son procesos neuroquímicos relacionados con la mente que nos ayudan a tomar decisiones así como a tener la percepción que tenemos de la vida. En muchos casos algunas de ellas como el miedo, pueden ser necesarias para sobrevivir ya que nos llevan a huir de eventos como un incendio o la persecución de un perro.

Sin embargo, muchas veces esas emociones que por un lado pudieran ser valiosas y protectoras, se tornan en nuestra contra y nos llevan a no hacer lo adecuado para prosperar, sino destruir mucho de lo que generalmente valoramos como nuestra salud, nuestras relaciones, negociaciones y sus resultados.


Emociones generalmente consideradas como negativas o sus derivados pueden ser el temor, el enojo, la ira, la envidia, la cólera, el odio, la auto-compasión, la auto-conmiseración, la desconfianza en sí mismo y en los demás, etcétera, y se expresan físicamente mediante alguna función fisiológica como la alteración del pulso cardíaco o reacciones corporales o del rostro, e influyen también en generar conductas como agredir, llorar, ofender, huir, defendernos, etc.

Un individuo es capaz de transformar los sentimientos mas desagradables en algo más productivo para su vida si va comprendiendo sus sensaciones y reforzando su inteligencia emocional. Lo primero que recomiendo a alguien que desea mejorar, es escuchar la emoción que siente, asumir que la está experimentando para que luego busque cuál puede ser la razón del porqué ocurre.

Las emociones influyen tanto en nuestras relaciones y negociaciones como en nuestra salud. Ya sea que las emociones sean positivas como el buen humor, la alegría, el júbilo, entre otras, así como las negativas que mencioné antes, influyen profundamente. Las emociones positivas ayudan a mantenernos en buen estado y en caso de que padezcamos una enfermedad facilitan su recuperación. Las emociones negativas, por su lado, influyen nuestra salud favoreciendo la contracción de ciertas enfermedades, ya que hacen más vulnerable el sistema inmunológico.

Según el psicólogo Robert Ader, hay una infinidad de modos en que el sistema nervioso central y el sistema inmunológico se comunican: sendas biológicas que hacen que la mente, las emociones y el cuerpo no estén separados sino íntimamente interrelacionados. Daniel Goleman, como médico especialista en el tema, lo describe de una manera brillante en sus libros sobre inteligencia emocional. Las personas que experimentan ansiedad crónica, prolongados períodos de tristeza y pesimismo, tensión continua u hostilidad, cinismo o suspicacias implacables, tienen el doble de riesgo de contraer una enfermedad.

Conocer las propias emociones es algo fundamental. Reconocer cuál es la emoción que estamos sintiendo en el momento en que la sentimos es tremendamente útil, ya que nos permite un mayor conocimiento de nosotros mismo y también nos permite aprender a canalizar y expresar esas emociones hacia los demás de manera adecuada.

Escucharnos con poder y reflexionar sobre lo que sentimos nos puede llevar a cuidar más nuestros juicios críticos, especialmente los que nos llevan a este tipo de emociones no convenientes. El mundo que vivimos está sumamente afectado por este tipo de emociones y se requiere que más personas hagamos una toma de conciencia y trabajemos sobre ellas.

No hay nada más perjudicial para el desarrollo humano que las emociones negativas ya que son sumamente contagiosas. Obsérvalo en la fila de un banco donde un individuo comienza a criticar la lentitud y el mal servicio y donde la gente, si no se percata, se contagia y se convierte en un grupo de personas envenenadas emocionalmente.

El problema más grande no es que llegue a nosotros una emoción negativa, sino que no la escuchemos y quizá de manera inconciente nos recreemos en ella durante horas enteras, envenenándonos más y más. Pero, si dicha emoción llega, lo ideal no es pelear con ella sino preguntarnos de dónde puede derivar ya que ahí es donde puede estar nuestra área de oportunidad para trabajarla.

No nos quedemos en la teoría. Te invito a trabajar durante los próximos días en observar tus emociones, ¿qué estas sintiendo? Observa cómo tus emociones afectan lo que dices, lo que haces, cómo reaccionas. Es de suma importancia que escuches tus emociones y te preguntes qué hay en ti para que te sientas así, lejos de responsabilizar al de enfrente por lo que sientes. Haz una tarjeta o escribe un elemento que te permita recordarte varias veces al día:

Hoy escucho mis emociones. Hoy reflexiono sobre lo que hay en mí que las origina. Hoy busco mejores circunstancias a partir de mí, siendo más generoso, comprensivo y compasivo para mejorar personalmente y así buscar emociones más productivas para mejorar mi salud y mi calidad de vida.

Te propongo que no busques cambiar al mundo, busca dentro de ti lo qué puede estar provocando esas emociones y ve las posibilidades de lo que podrías hacer o corregir desde ti mismo para lograr emociones más compasivas o constructivas. Te aseguro que la observación , la responsabilidad individual y el trabajo constante te llevará a lograr una mejora.

Te invito a compartir esta información con tus equipos de trabajo, con tus amigos o con quien tú desees, y motívalos a recurrir a esta herramienta, a realizar esta tarea. Ello propiciará más y mejores beneficios en tu entorno.

¡Reinventa tu Vida!

Fuente: Guido Rosas

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