Esta Navidad Regala Vida

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Estamos ante las puertas de las fiestas navideñas. Poco a poco nuestro entorno se transforma de forma entrañable: Luces de colores, abetos, guirnaldas, villancicos, regalos, nuestros mejores deseos para un mundo mejor, sin olvidarnos de las opulentas mesas llenas de los más «exquisitos manjares».

Es como un lento pero seguro calentar los motores, en este caso mejor dicho de hornos y fogones, hacia la gran cuenta atrás en las cocinas de muchos hogares. Movidos como por un resorte invisible comienza el gran despliegue: Gambas, langostas, corderos lechales, jamones (de cerdo), foie-gras (hígado de pavo, pato u oca), codornices, conejos, salmones, bacalaos, pollos, terneros, y un largo e interminable etcétera.


Tanto que uno de pronto se pregunta: ¿qué es lo que se celebra en Navidad? ¿Un concurso para ver quién es capaz de cocinar o de comer más especies de animales? Pues no. Las Navidades son unas festividades cristianas en las que se conmemora el nacimiento de Jesús de Nazaret.


Es increíble que el nacimiento del maestro del pacifismo se celebre con la matanza más grande del año. Es desconcertante que a quien en su nacimiento le fueron cerradas las puertas de todos los hogares, a quién los únicos que le acogieron ofreciéndole refugio y calor fueron los animales: vacas, bueyes, terneros, corderos... se Le celebre matando a los descendientes de sus benefactores. ¡Jesús vino a este mundo para ayudar a las personas, pero también a los animales!

En las granjas de ganadería intensiva de todo el mundo malviven el doble animales que habitantes tiene este planeta. España tiene 43 millones de habitantes y sin embargo en las granjas ganaderas españolas son seis veces más animales que habitantes españoles los que viven una vida triste y esperan una muerte dolorosa. Es una cifra que nos debería hacer reflexionar sobre cuan grande es el abuso de la sociedad española ante el Reino animal.

Los animales y la naturaleza en general, no son respetados en nuestra sociedad. Han sido degradados a simples factores de producción, sin dignidad ni derechos, habiendo sido convertidos en un mero objeto de consumo para muchas personas.

Los hombres se han convertido en caníbales de animales. La aberración del canibalismo de animales no tiene límites. El caníbal hombre cría millones y millones de animales. Día tras día el hombre caníbal los hace llevar a los mataderos para que sean sacrificados de una manera cruel, para luego consumir su carne, naturalmente sabrosamente preparada.

Más de uno cree que los animales son una mercancía y que a la Tierra se la puede explotar para aumentar su cuenta bancaria. En algún momento esta persona reconocerá que en realidad se ha hecho cada vez más pobre, cuanto más aumentaba su cuenta.

Nunca en la historia el hombre había causado tanto sufrimiento a los animales como lo está haciendo en nuestros días, en las fábricas de producción masiva de animales, en las que las victimas de la moderna industria de la carne son aprisionadas para después de pocos meses de vida, siendo aún bebés, ser matadas para ser consumidas por el feroz ser humano para deleite de su ávido paladar.

Justamente la fiesta de la Navidad, el nacimiento del gran Espíritu en el niño Jesús, debería de ser un símbolo para nosotros, pues El nació entre los animales. Los animales le acogieron, no las personas. ¡Acojamos a los animales en nuestro corazón! Dejemos vivir al mundo animal y sentiremos lo que significa la Navidad: La gran fiesta de la Luz. La gran fiesta de la unidad. Entonces encenderemos las velas, miraremos la luz y nos preguntaremos “¿qué quiere Dios?”. El quiere que cumplamos las legitimidades de la vida y encontremos el camino hacia la vida, que son los Mandamientos de Dios, las enseñanzas de Jesús, el Cristo. Así se engrandece el corazón – también para la Madre Tierra con todas sus muchas formas de vida, para las plantas y para los animales.

¡Estas Navidades no coma animales!, ellos son nuestros hermanos menores. Dejémosles vivir pues ellos llevan en sí la respiración que proviene de Dios al igual que la de los hombres. No cometan maldades, destruyendo una parte de su vida interna, matando y comiendo animales.

Dios nos ha dado a las personas la naturaleza y los animales para que volvamos a encontrar la unidad, pues todo lo que Dios visualizó y creó, nos es dado desde la gran unidad del amor para que volvamos a encontrar la unidad.


Fuente:Vida Universal

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