La Etica De La Interdependencia

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La vida de los grandes hombres nos recuerda que podemos sublimar nuestras vidas y, al partir, dejar detrás de nosotros una arena en la huella del tiempo.
Henry Wadsworth

Hemos insistido en muchas oportunidades en donde se nos da la oportunidad de exponer nuestras inquietudes docentes y profesionales, el rol relevante de la ética en la formación integral de la persona, de la necesidad que estos conocimientos formen parte del programa académico de cualesquiera sea la profesión a cursar, a fin de ayudar a que se manifiesten en nuestra sociedad, valores, moral acorde lo que todos los humanos tenemos derecho, mientras transitamos por esta dimensión.


Desafortunadamente, algunas universidades no lo han considerado a sí y en carreras como la medicina, administración, economía, ingeniería por ejemplo, no se consideran estos aspectos muy importantes en la evolución personal, espiritual de la persona. Afortunadamente en mi formación profesional, el Instituto Tecnológico de Monterrey (ITESM), (1963) ya lo consideraba y se nos proporcionó el soporte ético práctico que nos ayuda a todos a saber, entender y hacer exactamente lo que se exige de nosotros, dentro de los valores, los modelos deseados, las normas profesionales y códigos de conducta adecuados. Se nos recalcaba lo que Samuel Jonson señaló: si una persona no conoce la diferencia entre el bien y el mal, cuando deja nuestra casa, contamos las cucharillas.

John Akers al respecto señala: si un candidato a obtener el MBA (Maestría en Administración de Empresas) no conoce la diferencia entre la honradez y el delito, entre mentir y decir la verdad, entonces seguramente, la escuela de postgrado, la universidad, no producirá un converso renacido, profesionales con valores.

Lamentablemente en nuestro entorno, en muchas de nuestras universidades esto no se da y los resultados se manifiestan ante el incremento constante de corrupción tanto en las públicas como en las privadas, no hay responsabilidad social, predominan más los intereses particulares que los colectivos, se deteriora la autoestima, se socavan los valores y se incrementa un clima negativo de desconfianza, de incredulidad.

Uno de los más importantes escritores contemporáneos sobre dirección de empresas y profesor de ciencias sociales, además de consultor económico de bancos y compañías de seguros y asesor de política comercial y dirección de varias corporaciones en América y Europa, el desparecido, Peter Drucker, señaló: que hay una ética no occidental, que es de situación. Es la ética que ha tenido más éxito y la más perdurable de toda: la ética de la interdependencia, la de Confucio.

Justamente indicaba Drucker: la ética de Confucio sortea elegantemente la trampa en la que cayeron los casuistas; es una ética universal, en la que, para cada individuo, rigen las mismas reglas y normas de comportamiento.

No hay responsabilidad social que atropelle la conciencia individual, no hay cálculo de costo- beneficio, ni hay bien superior ni más alta medida que el individuo y su conducta y no es en absoluto casuística. En la ética de Confucio, las reglas son las mismas para todos. Pero hay reglas generales distintas, de acuerdo con las cinco relaciones básicas de interdependencia, con las que los confucianos abarcan todas las acciones recíprocas individuales en la sociedad civil; superior y subordinado (o amo o sirviente), padre e hijo; marido y mujer; hermano mayor y hermano pequeño; amigo y amiga.

La conducta recta, lo que en la traducción inglesa en la época de Confucio, se llama normalmente sinceridad. ( Considere, que para los occidentales, la sinceridad guarda relación con las intenciones , es decir, con la moral, para los orientales, la sinceridad, tiene que ver con el comportamiento, esto es con la ética). Es decir que el comportamiento individual adecuado para cada relación específica de dependencia mutua, porque consigue los mayores beneficios para ambas partes. Cualquier otra conducta es incinsera,y por lo tanto un comportamiento equivocado y poco ético. Crea disonancia en vez de armonía, explotación en lugar de beneficios, manipulación en lugar de confianza.

Considere, que la ética de la interdependencia, tal y como la codificaron los primeros filósofos de Confucio, como nos lo recuerda Peter Drucker, después de que su maestro muriera en el 479 a.c. , considera ilegítimo y poco ético introducir el poder en las relaciones humanas .

Afirma que la interdependencia exige igualdad de obligaciones. Es así, como en la hagiografía de Confucio por cada muestra de devoción filial hay una muestra de sacrificio paterno, como el amor del padre que sacrificó su brillante carrera en la corte para cuidar de sus cinco hijos y dedicarles su tiempo y su atención. Por cada ministro que arriesga su trabajo, cuando no su vida, por la osadía de corregir a su emperador culpable de violar la armonía, hay un emperador que entrega su vida antes de echar a los lobos políticos a un ministro leal.

En la ética de la interdependencia solo hay obligaciones, nos señala Drucker- y todas son obligaciones mutuas. La armonía y la confianza- esto es, la interdependencia – requieren que cada parte se obligue a dar a la otra lo que necesita para alcanzar sus fines y realizarse. ¿Lo hace usted? ….

Fuente: Carlos Mora Vanegas

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