¿Es La Muerte Cerebral Fiable Para Estar Muerto?

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España sigue estando a la cabeza en donaciones, por lo que el Ministerio de Salud no necesita tanta propaganda de captación como en otros países de Europa, donde incluso los políticos y la iglesia se implican con frases del tipo: "La donación de organos es un acto de amor" o "el trasplante de órganos es una tarea colectiva de todos".

Hay que decir que en España no se necesita una aprobación explicita del "donante" o de sus familiares para proceder a la extracción de sus organos, es suficiente con no haberse manifestado en contra, lo que significa que si alguien tiene un accidente de trafico y se certifica su muerte cerebral, se le extraerán los organos a menos que posea un certificado manifestándose en contra de ello.


Sin embargo poco se sabe de en qué circunstancias un órgano es quitado, llevado y trasplantado; poco se sabe sobre qué es la muerte cerebral y hasta donde llega la legislación al respecto. Bien, la persona declarada cerebralmente muerta es llevada al quirófano, recibe una anestesia general y se procede a la extracción de sus órganos, los que son trasportados rápidamente para que el receptor pueda recibirlos vivos.

Hoy la legislación determina que una persona está muerta cuando se ha producido la muerte cerebral, a pesar de que las células cerebrales suponen sólo el 3% de las células humanas. Actualmente alguien puede ser considerado muerto a pesar de que su corazón siga latiendo y su circulación sanguínea funcionando, aún cuando se puede producir una curación imprevista o "milagrosa", se está "muerto".

Cuando se lleva a cabo una explantación no se está tratando con un muerto, sino con un moribundo y el hecho de que los médicos comprueben un encefalograma plano durante más 30 minutos no es categórico, ya que este penetra sólo 2 cm. en la corteza del cerebro, no sabiéndose qué sucede en las capas más profundas del mismo.

Antes, una persona estaba muerta cuando dejaba de respirar, cuando perdía el pulso o quizás cuando aparecía el rigor mortis, entonces se le dejaba descansar con respeto en paz, pues poco se sabía del proceso de la muerte, hoy no sabemos mucho más. Sin embargo para el proceso de explantación esto no sirve de nada, pues los organos han de estar vivos, surgiendo el dilema de si es ético que se desmiembre a un moribundo.

En EE.UU. muchos médicos de renombre cuestionan la consideración actual de muerte cerebral. El premio Nóbel Sir John Eckels, un famoso experto en investigaciones cerebrales es un convencido detractor de esta afirmación, pues se ha comprobado que durante la explantación al supuesto muerto de pronto le sube la tensión o se agita, lo que significa que existe un sistema celular vivo.
Con todo esto ¿se podría seguir afirmando tal como hace la Iglesia, que los trasplantes son un acto de amor al prójimo...? Usted mismo estimado lector puede darse la repuesta.

Fuente: Vida Universal

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