Un nuevo método prepara a los anticuerpos para que ataquen instantáneamente al cáncer, al VIH y otras enfermedades.
El sistema inmunológico del cuerpo a menudo se asemeja a un ejército, y las vacunas a los ejercicios de entrenamiento que crean defensas contra los patógenos. Al exponer al sistema inmunitario a formas inactivas de un virus o de una bacteria, una vacuna entrena a los anticuerpos para que luchen contra un patógeno verdadero en el caso de una invasión.
Sin embargo, si bien las vacunas preparan a los anticuerpos para que identifiquen a un atacante, a menudo no aportan instrucciones específicas sobre cómo lograr vencerlo. Algunos anticuerpos pueden atacar con éxito un punto débil del patógeno, mientras que otros pueden pasarlo completamente por alto. Esa es parte de la razón por la que normalmente toma varias semanas o meses para que algunas vacunas puedan crear una respuesta inmunitaria eficaz.
Ahora los investigadores del Scripps Research Institue han desarrollado elementos químicos preprogramados que se unen a los anticuerpos y les digan cómo reconocer la parte de un patógeno, conocido como su epitopo. En los experimentos, el equipo descubrió que los productos químicos provocaban una respuesta inmune terapéutica que inhibía el crecimiento de dos tipos de tumores en ratones. Los investigadores publicaron sus descubrimientos en el último número de Proceedings of the National Academies of Science.
"Usamos un método basado en la química, que no induciría a los anticuerpos que pudieran desperdiciarse", comenta Carlos Barbas, un profesor de biología molecular e investigador principal del artículo. "(Este método) podría centrarse en una respuesta inmune sobre los epitopos funcionales del patógeno, ya sea cáncer o un virus".
La vacuna del grupo, basada en la química, puede resolver una serie de problemas con algunas de las actuales vacunas, tanto en la clínica y como en el laboratorio. Hoy sólo existen dos vacunas patentadas contra el cáncer aprobadas por la FDA: una que tiene como objetivo la hepatitis B, asociada con el cáncer de hígado, y la otro para el virus del papiloma humano (VPH), que conduce a cáncer cervical. Para ambas vacunas, los pacientes deben someterse a múltiples inmunizaciones para elaborar una defensa eficaz a través del tiempo. No hay vacunas terapéuticas patentadas que traten directamente los cánceres existentes, y los investigadores han tenido dificultades para capacitar a los anticuerpos para que ataquen a las células cancerosas, ya que se originan en el cuerpo y generalmente no son consideradas por el sistema inmune como algo extraño.
Sin embargo, en los últimos años, los investigadores han identificado marcadores de superficie celular exclusivas a las células cancerosas. Estas son moléculas llamadas adyuvantes que se unen a esos marcadores y que engañan al sistema inmunológico para que reconozca y ataque a los tumores. Los adyuvantes se utilizan actualmente en las clínicas, pero algunos vienen con efectos secundarios no deseados, por ejemplo, dolor, fiebre y artritis. Los científicos están buscando formas de manipular genéticamente a los anticuerpos monoclonales, (creados a partir de una única línea celular) para que reconozcan a los marcadores de tumores y ataquen al cáncer. Pero estos métodos son pesados y Barbas asegura que el método basado en la química puede proporcionar una alternativa más económica y más rápida.
Fuente: Technology Review
Ahora los investigadores del Scripps Research Institue han desarrollado elementos químicos preprogramados que se unen a los anticuerpos y les digan cómo reconocer la parte de un patógeno, conocido como su epitopo. En los experimentos, el equipo descubrió que los productos químicos provocaban una respuesta inmune terapéutica que inhibía el crecimiento de dos tipos de tumores en ratones. Los investigadores publicaron sus descubrimientos en el último número de Proceedings of the National Academies of Science.
"Usamos un método basado en la química, que no induciría a los anticuerpos que pudieran desperdiciarse", comenta Carlos Barbas, un profesor de biología molecular e investigador principal del artículo. "(Este método) podría centrarse en una respuesta inmune sobre los epitopos funcionales del patógeno, ya sea cáncer o un virus".
La vacuna del grupo, basada en la química, puede resolver una serie de problemas con algunas de las actuales vacunas, tanto en la clínica y como en el laboratorio. Hoy sólo existen dos vacunas patentadas contra el cáncer aprobadas por la FDA: una que tiene como objetivo la hepatitis B, asociada con el cáncer de hígado, y la otro para el virus del papiloma humano (VPH), que conduce a cáncer cervical. Para ambas vacunas, los pacientes deben someterse a múltiples inmunizaciones para elaborar una defensa eficaz a través del tiempo. No hay vacunas terapéuticas patentadas que traten directamente los cánceres existentes, y los investigadores han tenido dificultades para capacitar a los anticuerpos para que ataquen a las células cancerosas, ya que se originan en el cuerpo y generalmente no son consideradas por el sistema inmune como algo extraño.
Sin embargo, en los últimos años, los investigadores han identificado marcadores de superficie celular exclusivas a las células cancerosas. Estas son moléculas llamadas adyuvantes que se unen a esos marcadores y que engañan al sistema inmunológico para que reconozca y ataque a los tumores. Los adyuvantes se utilizan actualmente en las clínicas, pero algunos vienen con efectos secundarios no deseados, por ejemplo, dolor, fiebre y artritis. Los científicos están buscando formas de manipular genéticamente a los anticuerpos monoclonales, (creados a partir de una única línea celular) para que reconozcan a los marcadores de tumores y ataquen al cáncer. Pero estos métodos son pesados y Barbas asegura que el método basado en la química puede proporcionar una alternativa más económica y más rápida.
Fuente: Technology Review
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