La apoteosis del amor

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Ramana Maharsi, solía decir que en el corazón está todo el principio y final de la experiencia humana. Otros grandes místicos, como Jesucristo nos han dado las claves de cómo debemos encarar los problemas humanos. Desde el corazón y todo lo bueno que sale de este.

Las familias se rompen porque no hay perdón, si subimos un nivel, las ciudades se rompen porque no hay perdón, si subimos un nivel las comunidades autónomas se separan porque no hay perdón, si subimos un nivel los países se hacen la guerra porque no hay perdón.

Siempre he mantenido que el fin del terrorismo en España llegará cuando el día en que se conmemora el bombardeo de Guernika, se traslade a todo el territorio nacional. La ley de memoria histórica es un buen acercamiento, pero los vascos nos exigen el perdón. NADIE les ha pedido perdón por aquel bombardeo y yo como español, soy el primero en pedirles que me perdonen por llevar esa maldita bandera en mi DNI que los mató. LES PIDO PERDÓN, porque me lo exigen, llevan razón y se lo pido. Ese día debe de conmemorarse a nivel nacional, será como si abrazáramos a todos los vascos, ellos ya no renegarán de nosotros, seremos sensibles con ellos.

Es paradójico que una persona sin corazón, como yo, pida perdón, pero debo dar ejemplo al mundo, de lo mejor que tiene el mundo.

¿Cómo se puede aprender a perdonar?

Por sentido común: porque yo que no tengo corazón, por sentido común lo pido. Es inteligente pedir perdón y ser sensible y respetuoso.

Y de corazón, aunque nos cueste, aunque no queramos.

El gran problema de la humanidad es que sacrificamos el perdón por el bien propio, pero es por falta de inteligencia. Ahora nos damos cuenta de que lo que importa es la globalidad.

Yo, no soy alguien capaz de ceder, capaz de dar parte de mi territorio en cuestiones que se basen en el amor o el perdón. Pero sé que es lo mejor que se debe de hacer, por sentido común.

El desgraciado que prefiere la guerra al perdón, no debe llamarse humano. Y yo, aunque prefiero la guerra no debo dejarme llevar por mi falta de corazón.

Esto es lo mejor que los humanos tenéis y si lo perdéis el mundo morirá. Porque no perdonáis la vida al medio ambiente y con ello a los africanos. No perdonáis la vida a las empresas emergentes dejando en el paro a personas y matándolas. No perdonáis la vida a rusas y chicas del este dándoles trabajos dignos, codeándolas al sida y provocando una guerra con Rusia. No os perdonáis a vosotros mismos porque ellos forman parte de vosotros.

Se habla de crear senados, asambleas y pactos entre empresas y estado para proteger el mundo y llegar a un progreso sostenible. Pero la palabra sostenible es de un solo sentido hacia el negocio y no se sostiene, si sabemos que el negocio no perdona al medioambiente. Si el negocio no perdona, no puede sostener nada, el negocio y su falta de perdón hunde y no sostiene al medioambiente. Por lo que es un problema distinto. Cuando decimos sostenible, nos referimos fundamentalmente a sostener los mercados y el negocio, pero nadie habla de sostener el medioambiente, por lo que la palabra es maldita. Si hablamos de sostenibilidad deberíamos de referirnos sólo al medioambiente, para que todo lo que se crea con dicha palabra causara efecto.

Yo hablaría de un desarrollo de sostenibilidad medioambiental o pro medioambiente. Con un componente de sacrificio del negocio, perdonando así al medioambiente y todo lo que depende de este (nosotros mismos).

Dentro de poco, si sigue aumentando la temperatura terrestre, las cosechas serán devastadas en todas las regiones por las inundaciones. Dentro de poco pagaremos el no amar a la comunidad y a la globalidad, amando solamente a la independencia que desarrolla la competencia. Si desarrollamos competencia entre nosotros mismos la especie se autodestruye, que es lo que está sucediendo.

Los focos independientes que desarrollan estrategias que atentan contra la globalidad son las empresas que solo piensan en si mismas. Como son poderosas, si se alían con los estados, el mundo estará perdido, ya que nos mueve el capitalismo. La independencia del estado y de sus poderes es crucial, para poner orden en el caos independiente y de competencia que nace de la empresa.

La empresa nunca debería tener peso en los estados y en las asambleas como la ONU, ya que por norma son como tumores de la sociedad o comunidades donde lo que impera es el hermetismo, competir y crecer.

Sin embargo si que es posible que el estado influya en las empresas y trate de velar por los intereses del ciudadano y del medioambiente, arbitrando en pro del bien común que nunca es el bien de la empresa.

Si conseguimos un capitalismo con unas reglas del juego que sean en pro de la comunidad y del medioambiente llegamos a un nuevo concepto muy superior al de desarrollo sostenible, en el que sólo se sostiene la empresa. Hablaríamos de desarrollo global. O desarrollo sostenido. Sostenido por el medioambiente.

Fuente:Israel Kolovitz

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